MI HIJO NO QUIERE COMER



MI HIJO NO QUIERE COMER



A un niño no se le puede obligar nunca a comer a un niño.
Pero que hago si mi hijo no quiere comer, un adulto puede que se niegue a probar bocado por los dictados de la moda, pero a un niño aún no le pesan las normas sociales. Por tanto no se debe insistir en que el niño trague a toda costa.

Pero cual es la cantidad de comida  necesaria.
Cada uno de nosotros necesita un aporte de calorias disitintos, y mi hijo no quiere comer  igual que sus amigos,razón por la que la alimentación no puede tomarse como una ciencia exacta. Unos comen como elefantes mientras otros comen como pajaritos. ¿Por qué entonces se intenta medir a los niños por el mismo rasero?


Lo mas probable es que pienses que no come bien.
Para la mayoría de los padres no comer nada significa que su hijo no engulle lo que ellos creen que necesita. Quizá si su medida fuera medio plato en vez de uno repleto hasta el borde cambiaría su percepción.

Cuando de verdad los niños no comen.
Las enfermedades y los celos provocan un rechazo a la comida que suele ser transitorio y una vez solucionado el problema regresa el apetito.

El rol de mamá en la alimentación. 
El regreso laboral de mamá origina en ciertos bebés una negativa a alimentarse si no lo hace su madre. Pueden no consumir nada en ocho horas y luego ponerse las botas cuando ella regresa.

La Culpabilidad. 
Frustración y un terrible sentimiento de no saber cumplir como lo hicieron con ella, fustigan a muchas madres para quienes la hora de la comida es un calvario.

Niños que les falta comprensión. 
Imagínese qué pensará su hijo. Él, que sólo cuenta con el cariño de sus padres, de repente se ve atacado por aquellos en quienes confía, que insisten en cebarle cuando ya no le entra más y encima se enfadan y le gritan.

Las papillas después de la leche. 
Nunca se debe sustituir el pecho por la infundada creencia de que los cereales alimentan más. Cuando los niños ya degustan papillas hay que saber que casi ninguno logra terminarse la medida recomendada porque es simplemente una orientación, no un dictado.

Rechazo a las verduras. 
El pequeño estómago de los niños admite pequeñas cantidades, o sea, muchas calorías en poco volumen. Las verduras contienen mucha fibra y escasas calorías, por lo que les enguachina pero no les sacia. Apenas unas cucharadas serán suficientes para que le saquen el gusto.

La papilla de frutas. 
Con las frutas viene a suceder lo mismo que con las verduras. Si el niño las rechaza pruebe a darle una manzana a mordiscos o una pera en trocitos, por ejemplo. Las recomendaciones y mezclas frutales del pediatra no tienen por qué ir a misa.

Se debe respetar el sueño.
Algunos padres enchufan a sus hijos el biberón mientras éstos duermen y después se quejan de que no comen cuando están despiertos. ¡Pero si ya se han alimentado!

Nada de golosinas.
Al margen de que el niño coma o no coma, los dulces y las famosas chucherías sólo una vez al año para que no hagan daño.

La crisis del año. 
Justo a los 12 meses se frena la velocidad de crecimiento y por tanto no precisan la misma cantidad de alimento. A partir de los cinco años aumentarán el gasto energético y las necesidades.


Defensas infantiles. 
Los más pequeños se defienden ante la indigesta ofensiva paterna a base de hacer bola, escupir e incluso vomitar. Nunca se niegan por capricho. 

Las alergias. 
La alergia puede provocar la negativa del niño a ingerir ciertos alimentos como la leche, el gluten, el huevo o cualquier otro incompatible con su inmaduro organismo. Por eso es conveniente no obligar a comer.

Estimulantes del apetito. 
Los tónicos estimulantes contienen psicofármacos que actúan sobre el centro cerebral del apetito y su efecto desaparece en cuanto se deja el medicamento. Poco aconsejables salvo excepciones.

Introducir los alimentos. 
A partir de los seis meses se pueden ir probando nuevos sabores con gran precaución y muy lentamente.

Buscar mas estrategias. 
No guardar la comida para la cena. Ponerle en el plato sólo lo que suela tomar aunque sean tres cucharadas, si tiene hambre pedirá más. Evitar las broncas y los sobornos.

Acostumbrarse a comer de todo. 
Obligandolo a comer un determinado alimento es la mejor forma de lograr que lo odie para el resto de su vida. Si no se le fuerza acabará probándolo. Así se ira olvidando del si mi hijo no quiere comer.

Acostumbrelo a comer solo. 
Un niño se puede negar a comer porque quiere meterse él mismo el alimento en la boca y no se lo permiten. 
Si desea mayor información  puede ver aquí 

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